En la primera etapa han acudido a las Casas de la Universidad Veracruzana en Molino de San Roque y El Conejo
Redacción
Xalapa, Ver.-Estudiantes comparten sus conocimientos y formación profesional con los habitantes de las comunidades donde se ubican las Casas de la Universidad Veracruzana, en un intercambio que incide directamente en sus respectivas experiencias de vida.
El Departamento de Vinculación Social, adscrito a la Dirección General de Vinculación, es responsable del programa de Casas de la Universidad y las Brigadas Universitarias en Servicio Social (BUSS), que enlazan a la institución con la sociedad, en un proceso de doble vía que genera beneficio social y una retroalimentación para la comunidad universitaria.
El jefe del Departamento de Vinculación Social,Eduardo Gutiérrez Morín, señaló que en un principio las BUSS estaban orientadas hacia el servicio social y hoy están incorporadas prácticas profesionales, estancias de investigación y voluntariado, en las que han participado incluso alumnos extranjeros.
Las Casas y las Brigadas realizan trabajos en zonas marginadas, rurales, semi-urbanas y urbanas, así como con población indígena, entornos en los que pocas veces se pueden experimentar actividades artísticas.
“Estos espacios que ya existen y las actividades que se realizan desde Difusión Cultural, pudieron converger geográficamente”, subrayó Gutiérrez Morín, “y éste es el inicio de las actividades que se planean llevar a los demás lugares en mediano plazo”.
Las Casas UV de Molino de San Roque y El Conejo están relativamente cerca de Xalapa y por ello son las primeras dentro del programa. “La idea es un acercamiento de los universitarios con el entorno inmediato y conocer la situación en la que se encuentran comunidades que son generalmente marginadas”, detalló.
La coordinadora del Programa Música y Arte en Movimiento de la Dirección General de Difusión Cultural (DGDC), Lourdes Jiménez Mora, precisó que los universitarios del Área Académica de Artes puedan retribuir un poco de lo que les brindan la Universidad y la sociedad en general, ésa es la finalidad de este programa: “El propósito es llevar no sólo a los grupos artísticos consolidados, sino que se abra la oferta para dar a conocer toda actividad artística y cultural que se realiza al interior de la UV de parte de los alumnos o de grupos”.
“Pretendemos llegar a lugares donde normalmente no llegamos, a espacios donde sabemos que los niños y las personas normalmente no pueden acudir a eventos artísticos o culturales por diversas causas”, añadió.
Este programa social de la DGDC busca abonar a una cultura de paz que es necesario llevar a las comunidades a través de las artes, “porque estamos convencidos de que el arte puede significar la diferencia para cualquier niño o cualquier persona y pueden encontrar una manera de expresarse”.
El programa opera desde hace ocho meses y lo han llevado a escuelas, asilos y centros comunitarios, al igual que centros de gestión, en un trabajo colaborativo con el Ayuntamiento de Xalapa.
Hay un profundo interés en permear dentro de las comunidades y marcar una diferencia, particularmente porque se llega a niños que no han visto o experimentado ninguna actividad artística previa “y les estás dejando algo que seguramente va a marcar sus vidas porque muchos de ellos por la mañana están trabajando en un crucero y por la tarde van a la escuela”, detalló Jiménez Mora.
En El Conejo se intenta rescatar el patrimonio cultural contenido en las leyendas e historias tradicionales de la región. “Decidimos llevar a los alumnos del Área de Artes para que conozcan las leyendas y tradiciones, para que las regresen como obras de arte y se queden allá, ésa es la intención”, explicó.
“Los dos programas pertenecen a la Secretaría de Desarrollo Institucional y debíamos coordinarnos para generar acciones con el mismo propósito, por fortuna estamos encontrando muy buena respuesta.”
Música y Arte en Movimiento tiene su fundamento académico y social en el compromiso institucional de la UV, reflejado en el Programa de Trabajo Estratégico 2017-2021 “Pertenencia y pertinencia”, específicamente en el Eje II “Visibilidad e impacto social”.
En tal sentido, para los estudiantes también hay un gran impacto porque se dan cuenta que inciden en la educación de los niños y ahora están más involucrados, buscando dar más talleres y conciertos, “cambia su visión, se dan cuenta de que lo que ellos hacen puede cambiar la vida de otros”.
Nardeth Pale Solís, responsable de la Casa UV Molino de San Roque, destacó que lo significativo de implementar este programa es generar un aprendizaje a través del arte y la música en los niños, además de que desarrollan su formación expresiva, en valores y en respeto.
El 24 de septiembre, Daniel Neri, estudiante de la Facultad de Artes Plásticas, impartió un taller de dibujo para alumnos de primero y segundo grados de la misma escuela.
“Sus caras de asombro cuando descubren que ellos mismos pueden formar nuevos colores a partir de una paleta básica les fortalece mucho; es muy importante que programas como éste se lleven a cabo en esa zona porque son niños de familias que subsisten trabajando en la calle o en los camiones”, relató Pale Solís.
El 1 de octubre se dio una charla sobre los bosques de niebla a los alumnos de tercero y cuarto grados, a cargo de estudiantes de la Facultad de Biología.
“Ahora han adquirido un conocimiento sobre los bosques de niebla porque se ha generado un cambio en su actitud; no dañan la fauna, no tiran basura, ahora hablan sobre reutilizar. Son aprendizajes que fortalecen su expresividad, que muchas veces no tienen la oportunidad de adquirir con el programa educativo que llevan en su primaria”, mencionó la entrevistada.
Para el 29 de octubre se realizará la sesión de clausura en la primaria, donde se expondrán los dibujos realizados por los alumnos y habrá un concierto musical.
Diego Domínguez Hernández, responsable de seis Brigadas Universitarias con sede en la Casa UV de El Conejo, refirió que las comunidades se han beneficiado de la presencia de la Universidad y este proyecto podrá realizarse a largo plazo porque seguramente surgirán nuevas ideas a partir de aquello que los jóvenes ofrezcan a los habitantes.
“Yo soy parte del cambio que se generó a partir de las Brigadas Universitarias que llegaron a la comunidad en 1996; tras ver estas experiencias me animé a estudiar, porque nunca pensé que podía ir a la universidad. Actualmente más jóvenes de varias comunidades están estudiando porque los brigadistas los motivan a hacerlo”, comentó.
Igualmente destacó que hay espacios de oportunidad para estudiantes de cualquier licenciatura en la comunidad, no sólo para hacer servicio social sino para hacer trabajo de tesis o voluntariado, además de que siempre son bien recibidos.
El 13 de octubre iniciarán las actividades en la Casa UV El Conejo, donde un grupo de estudiantes trabajará con los pobladores a partir de sus leyendas e historias locales, con la finalidad de generar productos para su comercialización, orientados primordialmente a los visitantes que acuden los fines de semana.
Mediante este esfuerzo compartido confluyen las actividades culturales con los espacios que ya tiene la UV y que, a partir de su labor, se han ganado la confianza de los habitantes porque se basan en la credibilidad y honestidad de la misma comunidad universitaria, “ya nos conocen, nos ven y nos cuidan a los estudiantes”, explicó el funcionario.